miércoles, 13 de febrero de 2019

Cansado

Estoy cansado.
Estoy cansado, y no hablo de tener sueño.

Hablo de enfrentarse a la marea mientras las olas me azotan
pugnándome por alcanzar un horizonte que sólo parece estar más lejos.
Hablo del tedio de ver como ocaso tras ocaso, lo único que cambia es la fecha,
y yo sigo atrapado siempre en el mismo sitio.
Siempre solo.

Ese cansancio que retiene en mi cama, no sólo mis sueños, sino también mis ilusiones.
Supongo que sabes de qué cansancio hablo.

Estoy cansado de estar cansado. De que el sueño meramente lo acreciente.
De dormir para huir de la vigilia. De no saber dónde refugiarme de un mundo que me agota.

Hablo del cansancio de mirar con desdén el rostro que se refleja en el espejo.
O de fustigarme por cada pequeño error como si una parte de mi creyese
que merezco sufrir.
Já. "Como", digo.
Hablo como si no conociese a esa parte de mí, como si ignorase que es la misma
que me empuja a escribir. A buscar redención en unas palabras que sangren lo que siento.

Hablo como si no me avergonzase de cada letra.
Como si no buscara el perdón.

Tengo que empezar a quererme, o terminar de morirme.
Pero sólo una de las dos, porque querer morirme está resultando horrible.

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